Terminados los 90 minutos más descuentos, la alegría por el 3 a 0 final se desbordó a lo largo y ancho del país, Unida la Costa, la Sierra y la Selva al grito de ¡ARRIBA PERÚ! Los más de treinta millones de compatriotas abrigaban una esperanza al observar la tabla de posiciones, pero ya pasada la euforia y algarabía viene a mi mente la pregunta, ¿Realmente fue un partido redondo? Un primer tiempo de ensueño bien jugado y con un buen resultado final rumbo a los camerinos, un segundo tiempo donde a mi humilde punto de vista se pudo buscar ampliar el marcador, ya lo dijo un entendido en la materia en el 7 a 1 de Alemania sobre Brasil, la mejor forma de respetar a un rival es tratar de hacerle la mayor cantidad de goles posibles y eso es lo que nos faltó, no quiero cortar la alegría de todo un País necesitado del mismo pero si observar el menos 6 en la diferencia de goles que ya una vez nos dejó fuera de un mundial.
Aplausos por lo mostrado por la mayoría de jugadores del equipo, pero nuevamente vuelvo a cuestionar la respuesta desde el banco en algunos momentos del partido.
A dos puntos de zona de repechaje y a falta de cinco partidos aún por jugar, tres de ellos en condición de visitantes solo nos queda redondear buenos partidos durante todo el tiempo de juego y sobretodo luchar cada punto como si fuera el último para seguir con la ilusión hasta la última fecha.
Bajamos el telón, con el clásico: ¡¡¡ARRIBA PERÚ CARAJO!!!
Por. Javier Velarde Cano
